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domingo, 18 de marzo de 2018

Rusia hace posible el camino a las estrellas

Rusia presenta nuevas armas cuyo desarrollo ha creado nuevas oportunidades para el progreso económico de los países alrededor del mundo. Así mismo, ha sentado las bases para la exploración de nuevos mundos dentro de nuestro sistema solar y en otras estrellas.


Con estos avances Rusia se pone a la vanguardia en ciencia y tecnología, abriendo con ello nuevos horizontes a la civilización humana. 

Así es, Rusia con estas tecnologías abre el cosmos para la exploración por parte del hombre. Ahora podremos considerarnos verdaderamente como una civilización estelar; estamos en los albores de lo que será una nueva revolución tecnológica e industrial; nos encontramos a las puertas de una nueva era para la especie humana. 

Es como si fuéramos los pioneros en conquistar nuevas tierras, nuevos mundos, pero ojala y seamos una sociedad verdaderamente civilizada y no nos convirtamos en una especie depredadora de mundos 

Lo presentado por Putin tiene implicaciones extraordinarias y de largo alcance que apenas comienzan a ser vislumbradas por los científicos, ingenieros y, sobre todo, por la gente común. 

Esto tiene repercusiones enormes para el hombre, consecuencias de las cuales aún no somos conscientes; pronto nos convertiremos en una civilización que podrá viajar más allá de su mundo de origen, en una civilización que podrá escapar de la cárcel que representa su propio planeta. 

Esto no solo tiene implicaciones trascendentales para el mismo hombre; también las tiene para la vida extraterrestre y para los seres que no son de esta dimensión. Me explico: 

El hombre al obtener la capacidad de abandonar su propio mundo para conquistar otros pone en grave peligro la vida que pudiera haber en esos otros mundos, pues podría llevar consigo gérmenes patógenos que pondrían en peligro la misma subsistencia de esa vida extraterrestre, además de que el hombre jamás ha dado muestras de respetar la vida; y eso lo podemos ver claramente en nuestro propio planeta, pues no respetamos la naturaleza y de manera implacable estamos acabando con ella. 

Así que esta nueva capacidad que adquiere el hombre a partir de ahora puede no ser tan buena para hipotéticas civilizaciones extraterrestres; es quizá algo para lo que no estamos preparados. Tal vez es algo a lo que no debemos tener acceso pues no hemos avanzado como civilización y con nuestras propias acciones podríamos poner en peligro la misma vida en el cosmos. 

Y es aquí donde viene la pregunta de los 64 millones: 

Suponiendo que existan civilizaciones extraterrestres más avanzadas que la nuestra: ¿qué aptitud tomarán para con el hombre a partir de ahora? ¿Permitirán que abandone su mundo para explorar otros? ¿Les permitirán establecerse en otros mundos? 

Estas son las preguntas que a partir de ahora nos debemos de hacer.

Y creo que la respuesta está más que clara: no se le permitirá al hombre abandonar su planeta, pues como civilización somos un asco y si lográramos abandonar la tierra pondríamos en peligro otros mundos y la posible vida que pudiera haber en ellos. 

Entonces la pregunta sería: 

¿Por fin el hombre establecerá contacto con civilizaciones extraterrestres? ¿Por fin los extraterrestres se pondrán en contacto con el hombre de manera abierta y clara para advertirnos que no podemos abandonar nuestro mundo? 

Pero aparte de las implicaciones en cuestión de exploración espacial que representan para el hombre las nuevas armas presentadas por Putin, también tienen otras implicaciones igualmente importantes, o quizá más. 

Quizá la más obvia sería la autosuficiencia energética. 

Así es, las nuevas mini plantas atómicas creadas por Rusia para sus drones submarinos y sus misiles también podrían acabar con la escasez de energía eléctrica en muchos países y comunidades apartadas de las grandes urbes. 

De esta forma con la miniaturización de las plantas de energía eléctrica a partir de la fisión nuclear se puede dotar a las comunidades pequeñas y apartadas con el preciado recurso; de esta manera su desarrollo económico podría ser posible y alcanzable de manera sencilla. Esto sin duda va representar un fuerte impulso al desarrollo económico de muchos países que hoy no disponen de suficiente energía eléctrica; escasez derivada de su propia orografía o por que no disponen del acceso a fuentes de energía limpia y barata. Además, también se podría combatir de manera más eficaz la contaminación medio ambiental. 

Claro que aún persiste el inconveniente inherente a la misma energía atómica, es decir, el peligro de un accidente catastrófico; pero considerando que son reactores muy pequeños las consecuencias de un accidente de este tipo sería muy limitado, pues su área de afectación sería considerablemente inferior al que podría representar una planta nucleoeléctrica común. 

Pero aparte de todo esto, el mismo desarrollo de esta tecnología, y su posterior industrialización, va representar un fuerte impulso a la economía rusa y a la de todos aquellos países que se vean beneficiados con la misma. Como dije al principio, esto va representar una nueva revolución industrial. 

Aquí lo malo del asunto es que todo este desarrollo tecnológico fue motivado por la guerra, o más bien, por la carrera armamentística.

Pero no es nada extraño que así sea, pues casi siempre las revoluciones industriales que ha habido en el pasado han sido el resultado de la guerra: la guerra es la que en muchas ocasiones ha motivado el desarrollo de nueva ciencia y nueva tecnología. Pero lo bueno en este caso es que a pesar de que la guerra ha sido la causa de estos avances tecnológicos afortunadamente no hemos sido testigos  hasta ahora del estallido de una guerra global y prolongada, aunque la amenaza es latente. Pero quizá debido a lo terrible de estas nuevas armas eso contribuya a prevenir el estallido de una guerra mundial debido al temor que causa en los diferentes actores. 

Ya el presidente Putin ha advertido que una agresión nuclear contra Rusia significaría el fin de la civilización humana pues la respuesta rusa sería devastadora y contundente; y se entiende que si eso sucediera todo el mundo se vería envuelto en un invierno nuclear. 

Además, aunque Putin no lo dijo, es muy posible que Rusia disponga de bombas de cobalto; y si entendemos que esas bombas son muy superiores a las bombas convencionales de uranio y plutonio se entiende que la destrucción de la vida sobre la faz de la tierra está garantizada, pues la contaminación radiactiva que deja ese tipo de bombas es muy persistente y tiene una duración mínima de 5 años. 

Así, es lamentable que el hombre tenga que crear armas cada vez más mortíferas y veloces para mantener la paz, pero esa es la psique humana; pero también esa es la causa que no nos permitirá abandonar este mundo hasta que no hayamos avanzado como civilización, pues Dios no lo permitirá.

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