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martes, 22 de agosto de 2017

Cómo el nuevo misil ruso pulveriza la doctrina naval de EEUU



Mientras que los actuales misiles de crucero Oniks y Granit de la Armada de Rusia siguen dejando sin dormir a los comandantes de los portaviones de EEUU, el novedoso Tsirkon hipersónico se convertirá en una verdadera pesadilla para ellos, aseguró Andréi Stanávov, columnista de Sputnik.

Kilómetros por segundo



La información detallada sobre el Tsirkon todavía se encuentra en secreto. De momento, solo se sabe que el misil es capaz de alcanzar una velocidad de Mach 10, es decir, casi 3,5 kilómetros por segundo. El alcance es de 500 km.

Esta velocidad hace que el Tsirkon sea invulnerable a la interceptación y sea capaz de atacar portaviones de manera muy eficaz.

En realidad, un portaviones es una enorme estructura de hierro indefensa. Por lo tanto, el grupo naval de la Marina de Guerra de EEUU incluye una escolta fuertemente armada.



La defensa del grupo naval es capaz de frustrar un ataque con los misiles soviéticos Granit y Vulkan de Mach 2,5. No obstante, ni siquiera podrían detectar al nuevo Tsirkon, señaló Stanávov.

Y si logran detectarlo, será demasiado tarde para reaccionar. Incluso el famoso sistema de control e información de combate naval Aegis es impotente ante el Tsirkon. El tiempo de reacción es de entre aproximadamente 8 y 10 segundos. A una velocidad de solo 2 kilómetros por segundo, el asesino de portaviones superará una distancia de 25 kilómetros y el sistema simplemente no tendrá tiempo para analizar la información, explicó el autor.

"La presencia de este tipo de armas en cantidades suficientes aumenta seriamente las capacidades defensivas y ofensivas de la parte que las posea", subrayó el excomandante de la Flota del Norte de Rusia, almirante Viacheslav Popov.

Sin embargo, Popov advierte que aunque actualmente no hay medios para contrarrestar misiles hipersónicos, está seguro que estos aparecerán. "Este es un proceso continuo", explicó.

Daños mortales



Según el autor, es probable que el Tsirkon tenga la opción de llevar una ojiva nuclear que garantice la destrucción de un gran barco con un solo misil.
No obstante, incluso un ataque con una carga convencional por debajo de la cubierta del portaviones es capaz de convertirlo en un montón de cables y metal. Si no lo mata, lo hiere fatalmente, aseguró Stanávov.

Se espera que la Armada rusa reciba nuevas armas muy pronto —entre el 2018 y el 2020— y arme con Tsirkones a sus nuevos submarinos nucleares Husky y Yasen-M, al crucero pesado Almirante Najimov y Piotr Veliki, así como al portaviones Almirante Kuznetsov.

​El Tsirkon no necesita lanzadores individuales, puede utilizar los universales, junto con el Kalibr y el Oniks.

Además, los nuevos misiles podrían ser utilizados en los sistemas de defensa costera Bastion y en los aviones. Anteriormente, el viceministro de Defensa Yuri Borísov declaró que las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia obtendrán una serie de armas hipersónicas entre los años 2020 y 2022.

Dinero por la ventana



La prensa occidental ha calificado en varias ocasiones a los nuevos misiles rusos como la principal amenaza potencial para los portaviones y para la doctrina naval de Washington.

En particular, el columnista del diario National Interest Sebastien Roblin consideró al Tsirkon como un misil mucho más peligroso que el Granit soviético, bautizado por la OTAN como Shipwerk (Naufragio). Según el periodista, los misiles hipersónicos son capaces de hacer retirar a un grupo naval de EEUU a una distancia mayor que el rango de los aviones con base en portaviones, y por lo tanto convierte a estos súper barcos en unos juguetes caros e inútiles.

Justin Bachman en su artículo para Bloomberg también sostuvo que EEUU inevitablemente tendrá que adaptar su Armada al nuevo entorno y quizás las autoridades del país tengan que buscar un uso más eficiente de los miles de millones de dólares que ahora se gastan en grupos de portaviones.

"Tsirkon es un misil estratégico, el tiempo de vuelo lo decide todo. Un lanzamiento puede ser interceptado de alguna manera, pero si hay diez misiles es imposible. Estoy seguro de que la aparición de este misil fue una total sorpresa para nuestro potencial adversario y lo obligó a ajustar los planes del despliegue militar de sus flotas. Por supuesto, van a buscar un antídoto, pero hasta ahora no lo hay", comentó el analista militar y director del Centro de Entorno Estratégico, Iván Konoválov, a Sputnik.

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