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domingo, 18 de junio de 2017

¿Cómo se ha ejecutado la compra del Banco Popular? Un profundo olor a chamusquina

El Santander ha adquirido el 100% del capital social del Banco Popular tras una subasta ejectutada por el Fondo Único de Resolución (FUR) y el FROB. La compra se ha llevado a cabo a través de una subasta en la que el Santander presentó su oferta y fue aceptada.

Menuda subasta más amañada… Acaso no hubo nadie que ofreciera 5 euros por el Banco Popular?

Estos se piensan que somos estúpidos. Esta operación de fortalecer el núcleo duro del capital castizo, casposo, centralista hasta la medula, que es el Banco de Santander (si alguien va a una oficina de este banco verá que solo tienen un periódico, La Razón), huele a chamusquina.

El timo o estafa es completo. Hace un año el Popular lanza una ampliación de capital por 2500 millones de euros, bajo la consigna “esto sube seguro”. La UE hace un test de estrés, y confirma; el Banco Popular es solvente.

Un año después, el banco es liquidado, lo compra el BSCH a un euro, se quedan con los 2500 millones de euros, puesto que los pequeños accionistas pierden todo su dinero con la compra, y habrá una nueva “reestructuración” de plantillas; o lo que es lo mismo, miles de trabajadores / as perderan sus puestos de trabajo.

Es la lógica infame del capitalismo en su decadencia, de que cada proceso de concentración y centralización del capital no redunda en un aumento de la riqueza social, sino en la acumulación en cada vez menos manos de la existente, aumentando las desigualdades sociales.

Al no ser fruto de ningún proceso productivo, sino de una maniobra especulativa, no genera riqueza de ningún tipo, sino que empobrece más a la sociedad.

Pero lo de los medios ya tiene delito; en muchas ocasiones son tan corruptos que se parecen al comisario Renault de Casablanca, cuando tras recibir la orden de cerrar el bar de Rick (Bogart) por los nazis, y saliendo de una timba de póker donde ganara miles de francos, grita: “cierren este bar, he descubierto que en él se juega”.

Llevaban hundiendo las acciones del banco Popular minimo dos semanas, con noticias constantes de su posible venta, y cuando la Sra Botin anuncia que lo ha comprado por 1 euro, gritan: El Popular estaba en quiebra. Venga ya, no sean hipócritas, si es como lo de las Cajas y toda la reestructuración financiera de los últimos anos, “crónica de una muerte… no anunciada, sino preparada”.

Dentro de todo este hundimiento, hay un vítima, no por colateral menos importante; Galiza.

Galiza entró en la crisis del 2007 con un sistema financiero basado en 3 entidades publicas (Caixa Galicia, Caixa Nova y Caixa Rural) y tres privadas (Banco Pastor, Banco Gallego, Banco Etcheverria). Hoy solo queda una, la pequeña Caixa Rural. Las dos caixas fueron mal vendidas al capital antichavista venezolando, Banesco; el Banco Gallego fue vendido por un euro al Sabadell, y el Etcheverria entro en el saco de las Cajas de Ahorro.

Que significa esto. Mientras vivamos en un sistema capitalista, significa que la plusvalía generada por los trabajadores y trabajadoras gallegos, en forma del interés pagado por la industria y los comercios a los bancos, sale de Galicia, a engrosar las cuentas de resultados de los bancos que reinvierten donde les de la gana, menos aquí.

Significa que los ahorros del pueblo trabajador gallego, autonomos, mariscadores, etc. y los beneficios de su trabajo, son gestionados y reinvertidos donde los dueños de esos bancos quieran; que no va a ser aquí, claro está.

Significa, en fin, que la riqueza generada por la clase obrera y el pueblo trabajador gallego es drenado a otras plazas, donde cristalizará en beneficios para los bancos dueños las agencias que tienen aquí.

Esto no supone que el capital gallego sea mejor o peor que el extranjero; Inditex, las fábricas de Cortizo, las de la conserva, etc., hinchan sus cuentas y beneficios sobre la base de la superexplotación de miles de trabajadores y trabajadoras en medio mundo.

Lo que supone es solo que la dependencia de Galiza se profundiza, que lo va a pagar la clase obrera y el pueblo gallego, y que la alternativa no este tener un sistema financiero e industrial privado propio, salvo que uno sea accionista de esas multinacionales.

Tampoco es alternativa tener un sistema financiero e industrial publico, paralelo al privado, como proponen desde sectores de la izquierda, como la Banca Publica o reeditar el viejo INI franquista. Al ser públicos nunca podrán competir con los privados en términos de rentabilidad capitalista; y mientras vivamos en una sociedad capitalista, este es el criterio de validez. Por eso, los bancos/cajas y la industria publica terminaron como terminaron; la rentabilidad capitalista se basa en los bajos salarios y la alta precariedad.

La única perspectiva posible es de luchar por la expropiación de los capitalistas, por la nacionalización bajo control de los trabajadores / as de los bancos y empresas expropiadas; por el establecimiento de organismos de planificación de la economía que responda a las necesidades sociales y no a los de los Botin, Ortega y demás.

Esta perspectiva, está claro, supone enfrentar a los gobiernos que, como el del PP, o antes el del PSOE, y la UE (no olvidemos que es la UE la que está detrás de la venta del Popular a través del organismo del Fondo Único de Resolución), son los “negociadores” de subastas tan amañadas como ésta, que un banco sale a subasta, sin que se entere nadie; porque 1 euro lo puede poner hasta el parado más parado.

Aquí no caben estructuras “paralelas” a las del sistema capitalista sino la lucha contra este sistema, exigiendo la nacionalización sin indemnización de las empresas (banco) en crisis, para garantizar todos los puestos de trabajo y en el caso de los pequeños accionistas engañados por los cantos de sirena, la devolución de la inversión con cargo al patrimonio de los altos ejecutivos (presidentes del consejo, consjeros delegados, y demás que se han garantizado pensiones millonarias).

No es cuestión, tampoco, de estar “vigilantes”, como dicen estar desde el Concello de A Coruña -ciudad especialmente preocupada, porque era sede del Banco Pastor, comprado hace poco por el Popular y con muchos intereses en la misma-, o desde la Xunta.

Que la Xunta del PP diga eso, ya es lo normal, es la responsable política del desmantelamiento; pero que desde Marea Atlántica se limiten a decir que “estarán vigilantes”, es lo mismo que Paco Vazquez dijo cuando vendieron Fenosa a la madrileña Unión Eléctrica, y que queda, nada. Es lo mismo que dijeron cuando se vendió Fadesa a Martinsa, y que queda, nada. Es lo mismo que dijo Fraga cuando se vendió Leyma a Puleva, y que queda, poco. Es lo mismo que dijeron cuando el Pastor fue vendido al Popular, y ahora vemos lo que pasa.

Desde una institución como el Concello de A Coruña se debería estar, ya, llamando a la población trabajadora a defender medidas que supongan que no se va a perder ningún puesto de trabajo, que los pequeños ahorradores no van a perder ni un euro, y proponer a las fuerzas politicas y sindicales gallegas un frente para la nacionalización de los bancos “expropiados” a los gallegos y gallegas por esta Xunta vendepatrias.

A nivel estatal la denuncia de esta venda fraudulenta debería ser un motivo para exigir la nacionalización del Banco Popular, bajo control de los trabajadores / as, que se exija la apertura de los libros de cuentas del banco, pues como se dice más arriba esta, esta subasta… huele a chamusquina.

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