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viernes, 26 de agosto de 2016

EL HUNDIMIENTO DEL WILHELM GUSTLOFF: EL PEOR NAUFRAGIO OLVIDADO DE LA HISTORIA

La tragedia marítima más célebre de la Historia es, sin duda, el hundimiento del Titanic, pero pocos saben que otro naufragio, el del buque alemán Wilhelm Gustloff, superó en cinco veces el número de fallecidos de aquel famoso transatlántico.



El crucero de lujo Wilhelm Gustloff

El Wilhelm Gustloff había sido construido por el Tercer Reich como un crucero de vacaciones, por la organización “Kraft durch Freude” (Fuerza por la Alegría), organización que se encargaba de proporcionar vacaciones de lujo a los trabajadores alemanes, que en aquel periodo estos viajes eran desconocidos en el resto de Europa sólo la alta burguesía podía permitirse esos lujos.

La “Kraft durch Freude” se convirtió rápidamente en el principal tour operador de viajes de Europa. En 1.939 cerca de 25.000.000 alemanes ya habían participado en alguno de sus viajes: ofrecía además programas asequibles de ocio como conciertos, visitas de un día, exposiciones, etc.

Con el comienzo de la guerra el Wilhelm Gustloff fue trasformado en buque hospital y pintado enteramente de blanco con una franja verde que lo recorría de proa a popa, y cruces rojas en el casco y la cubierta.



Pero el 30 de enero de 1945 cuando a las 12:30 parte del puerto por última vez es mucho más que un barco hospital: es realmente la última esperanza para miles de civiles alemanes que huyen del avance de las tropas rusas. Así, el 31 de enero se encontraban a bordo más de 10.000 personas, en su mayoría mujeres y niños, pero también había heridos, todos ellos refugiados que huían del ejército rojo. Quizá porque se trataba de un buque que transportaba refugiados alemanes en plena Segunda Guerra Mundial, o quizá porque fue hundido por los torpedos lanzados desde un submarino soviético cuando no representaba ninguna amenaza, el hundimiento del Wilhelm Gustloff es una de la catástrofe naval menos conocida.

Foto del Wilhelm Gustloff antes de la guerra

Con la llegada del Ejército Rojo a Prusia Oriental, a finales de la Segunda Guerra Mundial, se produjo una oleada de refugiados alemanes hacia el oeste. El motivo no era otro que escapar de las tropas soviéticas, ya que era bien sabido el trato que la población alemana podía recibir de estas. Ante el temor más de un millón de refugiados se dirigieron a Danzig y otros puertos en el Báltico con la esperanza de ser evacuados.

Durante la gélida noche del 30 de enero de 1945, más de 60.000 de aquellos refugiados alemanes se apretujaban en el muelle del puerto báltico de Gotenhafen. En medio de una selva de empujones, golpes y gritos, y luchando contra el pavor y el frío, aquella gente se afanaba desesperadamente por subir al crucero Wilhelm Gustloff , a bordo del cual podrían llegar a Dinamarca.


Recreación cinematográfica de los momentos previos al último viaje del Wilhelm Gustloff


Esa noche cuando Gustloff cruza las frías aguas del Mar Báltico los refugiados se apiñan en la cubierta y en el interior del barco. A pesar de navegar con las luces encendidas, sin escolta y con todas las señales oportunas para identificarle como un barco hospital, es torpedeado por el submarino S-13 al mando del comandante Alexander Marinesko. . Cerca de una hora más tarde el trasatlántico se hundía en las heladas aguas del Báltico. Los buques de guerra alemanes rescataron a 960 supervivientes, algunos de los cuales morirían de frío poco después. En total perecieron unas 7.000 personas, cinco veces más que en el hundimiento del Titanic. Antes del fin de la guerra -4 meses después- los submarinos soviéticos hundieron 23 buques más.

Primera versión:

La primera versión aliada fue que aviones alemanes eran los que lo habían hundido, posteriormente intentaron destruir sin éxito los restos sumergidos del Gustloff para borrar las pruebas. Cuando las evidencias de la autoría se demostraron incontestables, la nueva versión oficial alegó que en la oscuridad de la noche el comandante del S-13 fue incapaz de reconocer el tipo de buque.

Pero esta versión también resulta difícil de creer, máxime si tenemos en cuenta que el mismo submarino, el S-13 bajo el mando del comandante Marinesku, diez días más tarde, el 10 de febrero de 1945 hunde el barco “SS General von Steuben”, otro barco de pasajeros de lujo reconvertido en barco hospital: en él viajaban más de 5.000 heridos y refugiados. La mayor parte de ellos, unas 4.500 personas, fallecieron en el hundimiento.

Cabría pensar que el comandante Alexander Marinesko era un psicópata que actuaba por su cuenta, pero esto es difícilmente defendible porque no se trató de dos hechos aislados: otros barcos, también civiles, fueron torpedeados y hundidos cargados de refugiados, como el “MS Goya”, buque hospital hundido el 16 de abril de 1945 por el submarino L-3 al mando del capitán Vladimir Konowalow, dejando más de 6.000 muertos. Nada extraño para los soviéticos.
"Alemania es una puta. Estamos en Alemania. Las ciudades arden y me siento feliz. Los alemanes no tienen alma. Levantaremos cadalsos en Berlín. El terror empuja a los alemanes y a sus hembras hacia el oeste. Alemania puedes dar cuantas vueltas quieras y arder y aullar en tu mortal agonía. ¡La hora de la venganza ha sonado!". - Esas viles palabras son del escritor y periodista soviético judío Ilya Ehrenburgy ganador del Premio Lenin de la Paz.

Lo cierto es que la caza indiscriminada de civiles alemanes se había abierto también en el mar. De Alemania oriental y Polonia fueron evacuadas más de dos millones de civiles, la mayor evacuación naval de la historia, y para ello se utilizaron todo tipo de embarcaciones, desde grandes navíos como el Gustloff a pequeños veleros.

Cerca de 30.000 alemanes, la mayor parte de ellos civiles, perdieron la vida en estos hundimientos indiscriminados. Y al final de la guerra Nadie fue juzgado por ello.

Descansen en paz.

Galería Fotográfica del Wilhelm Gustloff

Construcción:






Botadura





Interior del Buque






Fotos varias






FUENTE: http://esencianacional.blogspot.mx/2016/08/el-hundimiento-del-wilhelm-gustloff-el.html

Fuente:
Transatlántico Wilhelm Gustloff
La educación de todo un pueblo: “Fuerza por la Alegría”
Los Diarios de Winston

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