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jueves, 21 de abril de 2016

GARDA: OTRO DE LOS “MONSTRUOS” DEL FUTURO ORDEN MUNDIAL



Todo el mundo conoce los nombres de algunos de las más monstruosas corporaciones criminales privadas que acechan por el mundo.

A todas las personas que tienen unos ciertos conocimientos, le vienen a la cabeza rápidamente los nombres de Monsanto en el campo de la geoingeniería o de Blackwater (Academi), en el campo de la “seguridad privada”.

Y evidentemente, cuando hablamos de “seguridad privada”, nos referimos a “ejércitos privados de mercenarios”.

Pero mientras la mayoría ha oído hablar de esa corporación criminal norteamericana llamada Blackwater o Academi, mucha menos gente ha oído hablar de la que es la empresa de seguridad más grande del mundo: la canadiense GARDA.



Hace unas semanas, estudiantes de la Universidad de Quebec en Montreal (UQAM) interrumpieron una reunión de la junta después de saber que los administradores planeaban firmar un contrato por siete años y un valor de 50 millones de dólares con el gigante de la seguridad privada GardaWorld.

Estos jóvenes manifestantes se mostraron molestos con la administración de la Universidad, que han tratado de expulsar a los líderes estudiantiles “molestos” y han tratado de aumentar las medidas de seguridad en un campus caracterizado por su intensa actividad política.

La mayor firma de seguridad privada del mundo, Garda, está completamente dispuesta a reprimir a los líderes universitarios, empresariales y políticos.

De hecho, el presidente ejecutivo de esta firma de Montreal, Stephan Cretier, calificó las huelgas y manifestaciones de estudiantes de Québec en 2012, como “positivas” para los negocios.



Stephan Cretier,

“Naturalmente, cuando hay disturbios en alguna parte, como en las elecciones egipcias o aquí en Quebec, o cuando se produce alguna huelga laboral violenta en alguna parte, por desgracia y por lo general, es bueno para nuestro negocio”

Un perfil de 2014 en la web Canadian Business, describe el negocio de Garda como “alquiler de bandas de hombres armados para proteger a los clientes que trabajan en algunos de los puestos más peligrosos de la Tierra”. Garda opera en Irak, Afganistán, Colombia, Pakistán, Nigeria, Argelia, Yemen, Somalia, Libia y en otros lugares.



Creada en 1995, la invasión de Irak y de Afganistán de la década de 2000, impulsó el crecimiento internacional de Garda. Recibiendo financiamiento del fondo de pensiones de la Caisse de dépôt de Québec, Garda llegó a tener en 2007 unos 5.000 empleados trabajando solamente en esa región. (En 2015, Garda tenía un total de 85.000 empleados en todo el mundo).

Mientras que el militarismo estadounidense aumenta sus ganancias pero acumula toda la mala imagen, la compañía canadiense ha conseguido desviar las críticas escudándose bajo una identidad canadiense aparentemente noble.

Cuando fueron secuestrados cuatro empleados de Garda (y más tarde asesinados) en 2007, el jefe de la empresa alegó que sus soldados privados en Irak son “percibidos de forma diferente a los norteamericanos por ser una firma canadiense”. Por supuesto, no mencionó si los iraquíes que fueron disparados por sus mercenarios, se sintieron menos agredidos al saber que las balas que los hirieron o los mataron procedían del empleado de una empresa canadiense.



Garda se vio envuelta en la controversia en Afganistán. En 2012 dos de sus empleados británicos fueron capturados con docenas de fusiles AK-47 sin licencia y fueron encarcelados durante tres meses, mientras que dos años más tarde, el jefe de operaciones de Garda en Afganistán, Daniel Ménard, fue encarcelado durante tres semanas por cargos similares. Comandante de las fuerzas canadienses en Afganistán entre 2009 y 2010, Ménard dejó el ejército después de recibir un consejo de guerra por descargar imprudentemente su arma y por mantener relaciones sexuales con un subordinado.

En 2013 Garda estableció operaciones en Nigeria para proporcionar“apoyo logístico” a las empresas petroleras internacionales, que se habían enfrentado a ataques políticos y criminales.



Ese año Garda también alquiló una villa en Mogadiscio, Somalia, para hospedar y proteger a los contratistas de energía y a los trabajadores internacionales de desarrollo y poderlos llevar por todo el país.

Un informe de 2014 del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la utilización de mercenarios, puso en tela de juicio el creciente papel de las empresas de seguridad occidentales en el país. A medida que Somalia“reconstruya sus instituciones de seguridad, el Gobierno debe garantizar que las fuerzas de seguridad privadas están debidamente reglamentadas y que no se convierten en un sustituto de una policía competente y responsable. Todos los somalíes tienen el derecho a la seguridad, no sólo aquellos que pueden permitirse el lujo de pagar por ella”, declaró Faiza Patel, presidente del Grupo de Trabajo de la ONU, (en una de las ya habituales declaraciones vacías e impotentes tan típicas de los organismos relacionados con la ONU).



La incursión de más éxito de Garda en el extranjero se produjo en Libia, donde designó al ex teniente coronel canadiense Andrew Zdunich como jefe de sus operaciones. En algún momento del “verano de 2011”, según su sitio web, Garda comenzó a operar en el país. Después de que el Consejo Nacional de Transición de Libia capturó Trípoli (seis semanas antes de que Muamar Gadafi muriera en Sirte el 20 de octubre de 2011) los rebeldes pidieron asistencia a Garda, para que sus fuerzas “sitiaran la fortaleza pro-Gadafi de Sirte”, informó Bloomberg.

La participación de Garda en Libia puede haber contravenido las leyes de ese país, así como las resoluciones de la ONU de 1970 y 1973.

La resolución de 1970 llamaba a un embargo de armas, que obligaba a todos los estados miembros de la ONU “a impedir el suministro de personal mercenario armado” en Libia.

La resolución de 1973 reforzó el embargo de armas, mencionando el concepto “personal mercenario armado” en tres contextos diferentes.



Pero es obvio que contravenir el derecho internacional es uno de los aspectos centrales de este negocio. Como primera empresa de seguridad occidental que operaba oficialmente en el país, la página web de Garda se describió como “líder del mercado en Libia” con “más de 3.500 efectivos proporcionando protección, formación y respuesta a la crisis”.

“El pequeño ejército de Garda, conformado por ex miembros de las fuerzas especiales británicas y otros soldados de élite, consiguieron toda una serie de lucrativos contratos en Libia, ofreciendo servicios de seguridad a un amplio número de empresas internacionales del petróleo y a sus proveedores de servicios”. Asimismo, ejercieron como soldados de la OTAN en la formación del ejército libio, siendo la primera vez que la OTAN contrataba un programa de formación privado.

Esta empresa de Montreal también protegía a un centenar de miembros del personal de la Misión de la Unión Europea de asistencia fronteriza (EUBAM) y equiparon a los guardias de fronteras y costas de Libia, en un intento por reducir la llegada de migrantes africanos que trataban de cruzar el Mediterráneo hacia Europa. El contrato de cuatro años con Garda de EUBAM, llamó la atención a principios de 2014, cuando 19 cajas de armas y municiones destinadas a la compañía desaparecieron en el aeropuerto de Trípoli. Pero la empresa no permitió que esta pérdida de armas dificultara el desempeño de sus funciones. De acuerdo con Intelligence Online, funcionarios de la compañía pidieron prestadas“armas del ejército británico para garantizar la seguridad del personal de la UE”.

Garda se dedicó a salvaguardar los intereses británicos en Libia, incluyendo la protección al embajador Dominic Asquith.



Protección diplomática realizada por Garda

Siendo pues una fuente de empleo para los miembros retirados de las fuerzas especiales canadienses, británicas y estadounidenses, Garda ha conseguido establecer fuertes conexiones en los círculos político-militares.

Un ex embajador de Canadá en Estados Unidos y ex asesor del primer ministro canadiense Stephen Harper, Derek Burney, es presidente de su Consejo Asesor Internacional.



El directorio de Garda también incluye al almirante de cuatro estrellas retirado Eric T. Olson, al Secretario Adjunto del Departamento de Seguridad Nacional de EEUU, Michael P. Jackson y al Secretario Permanente del Reino Unido, en inteligencia y seguridad en la Oficina del Gabinete, Sir Richard Mottram.

En diciembre, Garda contrató al recién retirado ministro conservador Christian Paradis, según informó Le Soleil, “para convencer a los diferentes niveles del gobierno canadiense para que incrementen el uso del sector privado en la seguridad pública”.

Como vemos, esta criatura del capitalismo neoliberal, aparte de ser una arma de agresión occidental, es un peligro gigantesco para la democracia….un peligro que no deja de crecer.

Artículo escrito por Yves Engler en Dissident Voice.org



Garda es sólo uno de los muchos monstruos que acechan en el horizonte.

Porque si bien es una realidad tangible ya en la actualidad, nadie debe engañarse: el peligro de cara al futuro que representan monstruos de la seguridad privada como Garda, es mucho más grande de lo que podemos llegar a concebir.

Todo lo que estamos viendo a nuestro alrededor forma parte de la misma jugada.

Estamos inmersos en un proceso de destrucción de los servicios públicos por culpa de la crisis económica y en una privatización paulatina de todos estos servicios, que es justificada por la supuesta incapacidad de los gobiernos para mantener el gasto y lidiar con sus deudas.

Esta privatización paulatina de todo lo público de hecho representa robarle a la población el control sobre todo aquello que ha creado con su esfuerzo común durante décadas, para entregárselo a los mismos que han generado esta crisis.



Paralelamente a ello, estamos viendo una creciente campaña de desprestigio de la política tradicional, mediante la exposición de innumerables casos de corrupción política. Esto también forma parte del plan: se busca que la población, desengañada con la política corrupta y con su gestión de los bienes públicos, se entregue en manos de las grandes corporaciones, para que se conviertan en las salvadoras de la economía mundial y en las nuevas dueñas de nuestras vidas.

Si alguien no comprende del todo lo que significa el auge de los ejércitos privados, lo definiremos con una sola palabra: NEO-FEUDALISMO.

Estamos viviendo una transición hacia una nueva forma de FEUDALISMO del siglo XXI…y los que parecen estar contra este proceso “defendiendo un mundo multipolar”, lo que hacen en realidad es reclamar su parte del pastel en este “Nuevo Orden Mundial”, que nadie se engañe.

Si esto sigue así, en pocos años naceremos siendo propiedad directa de una corporación privada…

Se acercan pues buenos tiempo para los matones, los criminales y los psicópatas más desalmados: gracias al auge de empresas como Garda, les espera un futuro esplendoroso en el que serán recompensados por desempeñar su afición por el abuso y el asesinato.

Esta será la ley del mundo que nos espera…

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