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miércoles, 12 de noviembre de 2014

Queman una mezquita en Cisjordania y atacan una antigua sinagoga en Israel

La mezquita de Kufur Marir ha sufrido daños materiales. La Policía israelí sospecha de ultranacionalistas judíos



EFE/ATEF SAFADI


Una mezquita y una sinagoga fueron las últimas víctimas de la escalada de tensión entre israelíes y palestinos. Los vecinos de Mughayer, cerca del asentamiento de Shilo, al norte de Ramala, revivieron la misma escena de 2012 cuando se acercaron a la mezquita para realizar el primer rezo del día y encontraron la primera planta calcinada. Por segunda vez en dos años «los colonos judíos», según el alcalde, Faraj al-Naasan, atacaron un templo en este lugar, pero gracias a la rápida respuesta de los bomberos las llamas no llegaron al segundo piso. «Sólo ellos son capaces de estos», insistió el alcalde en referencia a los vecinos de la colonia adyacente con quienes los choques son frecuentes. Este ataque se produjo un día después de la publicación del último informe de la organización de derechos humanos Yesh Din sobre las nulas investigaciones por parte israelí de las denuncias palestinas sobre los agresiones sufridos a manos de colonos. Según el estudio, de los 1.045 denuncias presentadas desde 2005 sólo en el 7,4 se ha acusado a civiles israelíes.

Como si de la aplicación de la Ley del Talión se tratara, a las pocas horas la Policía informaban del lanzamiento de un artefacto incendiario contra una antigua sinagoga en Shfaram, una ciudad árabe de mayoría musulmana y cristiana en el norte de Israel. El artefacto apenas causó daños.
Tensión religiosa

La situación se deteriora día a día en Jerusalén Este y Cisjordania donde se ha reforzado la presencia militar ante la oleada de ataques de «lobos solitarios» palestinos que con atropellos o a cuchilladas han matado a cinco judíos en las últimas semanas. A esto hay que sumar los choques con las fuerzas de seguridad a raíz de los intentos de ultranacionalistas judíos de rezar en el Monte del Templo (Explanada de las Mezquitas para los musulmanes), considerado como «una línea roja» por los palestinos.

El ex jefe del Shin Bet (servicios secretos) y actual ministro israelí de Ciencia y Tecnología, Yaacov Pery, insistió en que «no vamos a cambiar el statu quo» en el lugar santo, pero las palabras de los dirigentes israelíes no tranquilizan a la población musulmana. Tan solo 24 horas antes de estas acciones contra una mezquita y una sinagoga, el presidente palestino, Mahmud Abás, dedicó parte del discurso que ofreció en la conmemoración del décimo aniversario de la muerte de Yaser Arafat a alertar del riesgo de «guerra religiosa» entre israelíes y palestinos si no cesaban las provocaciones de los radicales judíos.

Junto al conflicto religioso por la Explanada de las Mezquitas, la expansión de las colonias es el otro motivo principal de las protestas palestinas. Pese a los disturbios diarios y a las denuncias de la comunidad internacional, Israel sigue adelante con la ocupación y la Comisión de Planificación Local y Construcción de Jerusalén ha dado luz verde a 200 nuevas viviendas en el barrio de Ramot, según el periódico «Yedioth Ahronoth». Último anuncio dentro de una expansión que se ha disparado durante el último mandato de Netanyahu.

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