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martes, 28 de octubre de 2014

El adiós de Héctor Escobar Gutiérrez, el papa satánico

¿Cuál era su relación con el príncipe de las tinieblas?



A los 74 años falleció, a causas de complicaciones médicas Héctor Escobar Gutiérrez proclamado como el ‘papa negro’ y considerado el precursor más sobresaliente del satanismo en Colombia. Murió en Pereira su ciudad natal el 18 de octubre de 2014. Nacióel 11 de junio de 1941.

Según algunos medios locales, su máximo nivel educativo fue segundo de primaria, pero esto no fue obstáculo para llegar a ser poeta, escritor y filósofo. A lo largo de su vida publicó varias crónicas y textos de opinión. Fue el autor de ocho libros: ‘Antología Inicial’ (1983), ‘Testimonios Malditos’ (1985), ‘Cosmogonías’ (1985), ‘Estetas y Heresiarcas’ (1987), ‘El Libro de los Cuatro Elementos’ (1991), ‘De los Mitos y Otros Poemas’ (2005), ‘Florilegio de Escándalos y Candorosas Aberraciones’ (2009) y ‘Sonetos Profanos’ (2009).

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Escobar nunca tuvo hijos pero sí compartió 45 años de vida con su esposa Soley Salazar. Hace cuatro años un derrame cerebral deterioró su salud y desde entonces se movilizó en silla de ruedas.

En 1967 fue proclamado, según el periódico La Tarde, por un grupo de intelectuales, como el ‘papa negro’. Un año más tarde, con el fin de tener un sitio para venerar al diablo, fundó el Santuario Tántrico de Suramérica.

Héctor Escobar nunca se proclamó como satánico, según él mismo, recogido en varias entrevistas, era un satanista. “El satánico se reconoce por sus actos, por su forma de ser en sociedad… Es aquel que reconocer al príncipe de las tinieblas como el motor de su existencia”, decía Escobar, mientras que aclaró que el satanista es aquel “que toma al diablo como energía conductora del poder… ser satanista es estar de acuerdo con las doctrinas del demonio…”

Aunque fue ámpliamente conocido por carecer de la presencia de Dios, fue invitado por monseñor Darío Castrillón para dictar una conferencia a sacerdotes católicos de Risaralda en el salón principal de la Curia Episcopal.

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Algunos dicen que su nombramiento como el ‘papa negro’ o como satanista fue una mamadera de gallo que logró eco social, el cual fue aprovechado por él y por sus amigos para llevar adelante un mito que lograron mantener durante la vida de Escobar Gutiérrez. Según El Espectador sus amigos y conocidos argumentaban que el satanismo profesado por él no era más que una pantomima contestataria propia de su personalidad y que nunca le hizo daño, ni mal a nadie.

La fama que Héctor hizo luego de la ‘misa negra’ y su defensa por el oscurantismo y su abierto predicamento a satán, le llevó a ser uno de los hombres más reconocidos en la sociedad pereirana, de la que dijo en una entrevista a La Tardees una ciudad tocada por el diablo.

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