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domingo, 29 de junio de 2014

El Papa Negro

Ya va siendo hora de acabar de una vez por todas con el falso mito del “humilde Papa Francisco” y desenmascarar a Jorge Mario Bergoglio como el fariseo que es, un cobarde, un traidor, y un fascista. Sin duda, la reputación de Bergoglio se ha visto enturbiada por la publicación de la obra del investigador argentino Horacio Verbitsky, titulada “El silencio”, cuyo autor es también presidente de la CELS, una organización dedicada al activismo civil. De acuerdo con dicha obra, la actual cabeza de la Iglesia habría estado involucrado en el secuestro de dos sacerdotes jesuitas por parte de la dictadura militar argentina que se hizo con el poder entre los años 70 y 80, en cuya imposición jugase un prominente papel la logia P2 de Italia, vinculada tanto a Gladio (la organización terrorista de la OTAN) como al blanqueo de capitales de la “Santa Sede”. Según cuenta Verbitsky en su libro, los Padres Jalics y Yorio (los secuestrados) confesaron mucho después de su cautiverio que fue Bergoglio quien los vendió. Pero Verbitsky va mucho más lejos en su libro, presentando múltiples testimonios que aseguran que éste promovió su carrera obrando traicioneramente en apoyo del régimen. Por lo visto, fuentes eclesiásticas le acusan de la desaparición de varios religiosos, los cuales podrían haber sido asesinados. Cabe destacar que a pesar de su tardía incorporación a la Iglesia, Bergoglio llegó a ser líder de la congregación local de su orden en apenas cuatro años, un ascenso meteórico que coincidió de manera sospechosa con el auge de la tiranía que asoló el país. Según los enterados, el nuevo jefe católico es un maquinador.


Sin embargo, durante los años de la democracia, Jorge Mario se dedicó a perfilar astutamente el papel de defensor de los valores tradicionales denunciador de los privilegios, seguramente para dejar en el registro suficientes antecedentes de su “honestidad” con tal de proyectar una imagen piadosa de cara al futuro, pues probablemente ya hubiese sido informado de que él llegaría a convertirse en “Santo Padre”. Cabe recordar para ello que esto se trataría de un plan tramado desde hace mucho tiempo. No olvidemos que nos encontramos frente a un individuo ha sido descrito como alguien minucioso y calculador: piensa a largo plazo. Pero lo que pone el dedo en la llaga es el hecho de que fuese citado por los tribunales argentinos para prestar declaración en torno a lo que sabía acerca del sistema de robo de hijos de desaparecidos debido a los indicios de su relación con el asunto. Como bien es conocido, muchos secuestrados fueron arrojados al mar vivos desde aviones en los infames “vuelos de la muerte”. ¿Tuvo él algo que ver en esto? No mencionemos el hecho de que tras salir a la luz el espeluznante testimonio del Padre Gabriele Amorth, Jefe de Exorcismos del Vaticano nombrado por Juan Pablo II, sobre las bacanales asesinas celebradas por el personal de la “Santa Sede” facilitadas por la colaboración de la mafia con la gendarmería vaticana, así como tras el hallazgo del cadáver de Emanuela Orlandi junto al de un prominente mafioso en el lugar, Bergoglio, en vez de anunciar su colaboración con las autoridades o su intención de abrir una investigación, dictó que excomulgaría a cualquiera que volviese a hablar. Con todo, pretenden vendernos que el presente Papa es un gran tipo porque ha pedido perdón por los pecados de los pedófilos, si bien no ha hecho lo propio con los suyos. También ha mandado un informe a la ONU para que investiguen el “lobby gay”. ¿Va la ONU de los Rockefeller a investigar las cloacas de la Iglesia de los Rothschild? Lo dudo.

Aun así, la guinda viene a continuación, pues lo que confirma que este personaje no es trigo limpio, ni mucho menos, es que Bergoglio ha patrocinado actividades conjuntas que parecen insinuar el propósito de unir la Iglesia de Roma con la judía. En el año 2007 acudió a los servicios del Año Nuevo Judío (Rosh Hashaná) en una sinagoga de Buenos Aires, donde dedicó unas inquietantes palabras a la congregación, refiriéndose a los rabinos como sus “hermanos mayores”. Según se sabe, también participó a principios de la última década en el proyecto Tzedaka, una iniciativa judeo-católica supuestamente dedicada a la beneficencia, en la cual colaboró con Israel Singer, ¡ex-presidente de la Conferencia Judía de Peticiones Materiales! Recuerden que éstos son los que han estafado a gran cantidad de judíos que salieron de campos de concentración alemanes para beneficio del lobby sionista. Bergoglio ha recibido además los elogios del infame Abraham Foxman de la ADL (algo que habla por sí solo). Pero esto no acaba aquí, pues en noviembre del 2012 fue la figura más destacada de un acto organizado por la B’nai B’rith, la logia masónica judía creada por los Rothschild. ¿Será casualidad que poco después fuera elegido jefe de la Iglesia de los mismos?

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