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miércoles, 26 de marzo de 2014

Rusia fuera del G8, por consiguiente se alía a China y comienzan la lucha por el dominio global




AREA X (Especial para Urgente24) – El G7 está de regreso después de que los líderes de los países más industrializados del mundo, agrupados en el denominado G8, decidieran excluir a Rusia este lunes.

Bajo el liderazgo del presidente de USA, Barack Obama, los presidentes del grupo -que también incluye a Alemania, Canadá, Francia, Japón, Italia y Reino Unido-, se reunieron en La Haya sin la delegación rusa, en represalia a la anexión de Crimea por parte de Moscú.

El canciller ruso, Sergei Lavrov, aseguró que la decisión no es una “gran tragedia” para su país. Lo cierto es que los acontecimientos en Ucrania han cambiado profundamente las percepciones occidentales con respecto a Rusia y es muy difícil imaginar un retorno rápido a la normalidad.

Al llegar a Holanda para la cumbre, el presidente Obama dijo que USA y Europa se unieron en la imposición de sanciones que traería “consecuencias significativas para la economía rusa”.

Michael McFaul, exembajador de USA en Moscú, escribió que el presidente Putin “se aprovecha de la confrontación con Occidente … (y) ha hecho un giro estratégico”.

Sin embargo, Carl Bildt, ministro de Relaciones Exteriores de Suecia , dijo en Twitter que el pronóstico sombrío del señor McFaul estaba subestimando el problema ya que el presidente ruso estaba“construyendo sobre ideas ortodoxas profundamente conservadoras”.

Cuando los responsables de las buenas relaciones entre Oriente y Occidente están en estos términos, se sabe que no es flor de un día.

¿Será que esto es una segunda Guerra Fría o es sólo un reajuste menor de la política mundial? La respuesta a esto va a depender en buena parte de las decisiones que se tomen en los próximos días: una invasión del este de Ucrania podría activar una guerra a gran escala, pero la consolidaciones de la mano firme en Crimea, con acciones encubiertas apoyando a grupos militantes rusos en Donetsk o Járkov, crearían un dilema aún más difícil para los gobiernos occidentales.

Sin embargo, dado que el Kremlin no sólo parece tener poca intención de cambiar su posición sobre Crimea, sino que además ha abierto la posibilidad de una intervención de apoyo a los rusos en Moldavia, o en las repúblicas del Mar Báltico (miembros de la OTAN después de todo), es evidente que el nuevo clima de tensión no va a disminuir rápidamente, y que además puede empeorar.

Hasta ahora, la percepción pública de la dependencia europea del comercio de Rusia ha llevado a muchos a suponer que es poco probable que se tomen sanciones significativas.

Pero quienes tienen ese punto de vista, podrían estar subestimando el grado en que los líderes europeos ya están de acuerdo (hasta ahora en privado) para tomar medidas más duras. O el grado de culpa que tienen por no haber actuado con mayor eficacia hace años.

Las “medidas específicas” promulgadas hasta la fecha por USA y la UE simplemente penalizan a algunos amigos de Putin y sus aliados políticos. Las sanciones que en principio fueron acordadas por líderes de la UE la semana pasada contra empresas rusas, nos podría llevar a territorio de auténtica guerra comercial.

La semana pasada también, la Comisión Europea se comprometió a intensificar el trabajo para reducir la dependencia energética de Rusia. Y es en este área en la que los líderes europeos han mostrado su resentimiento por haber sido engañados por Putin y haber permitido que las cosas volvieran a la normalidad.

La interrupción del suministro de gas ruso en 2006, y la guerra de 2008 con Georgia, fueron los eventos que llevaron a promesas anteriores para reducir la dependencia energética.

Pero en aquel entonces, privadamente muchos culparon a Georgia por provocar a los militares rusos y no pudieron esperar para volver a hacer negocios con la economía BRIC (Brasil, Rusia, India y China), de los países en auge.

Alianza con China

Europa y USA están llevando a cabo una política de aislamiento contra Rusia, mientras que China aboga por la cooperación con Moscú. Como resultado, Pekín y Moscú pueden cambiar por completo el equilibrio de poder mundial, según ‘Der Spiegel’.

El diario alemán señala que Rusia y China “se preparan para firmar un nuevo acuerdo de cooperación político-militar”, el cual daría la plataforma necesaria para generar un reequilibrio de fuerzas a nivel mundial.

Por un lado, en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la resolución acerca del referéndum en la península de Crimea, China se abstuvo. Por otra parte, el periódico publicado por el Comité Central del Partido Comunista ‘Renmin Ribao’ (‘Diario del Pueblo’) escribió hace pocos días en su editorial que sobre Ucrania “se cernía el espíritu de la Guerra Fría”, por lo cual “el acercamiento estratégico entre China y Rusia se convierte en un ancla de estabilidad global”, informa el rotativo alemán en un artículo del periodista Uwe Klussmann.

Además, la publicación china hace la siguiente reflexión: “Rusia, liderada por Vladímir Putin, hizo que Occidente se diera cuenta de que en una guerra fría no hay vencedores”. Mientras tanto, el punto de vista del gigante asiático sobre la correlación de fuerzas en el mundo queda claro al leer otro periódico chino, el ‘Global Times’, donde aseguran que “en comparación con Rusia y Putin, USA y Europa parecen tigres de papel”.

‘Global Times’ también sostiene que Occidente “subestimó las intenciones de Rusia de defender sus intereses fundamentales en Ucrania”. En cuanto a la estrategia de Occidente destinada a apoyar al autoproclamado Gobierno ucraniano prooccidental, aseguran que no funciona y “conduce al caos, ante el cual Occidente no tiene ni la fuerza ni la sabiduría” para solucionarlo. Por lo tanto, en lo referente a Ucrania, los países occidentales están destinados a un fiasco, sostiene el periódico.

Mientras tanto, ya hay ciertos acuerdos entre las potencias emergentes: ni Rusia ni China han aceptado someterse a las normas de supervisión del Organismo Internacional de la Energía Atómica (AIEA), que enviará misiones de expertos a sus plantas para garantizar que se aplican las medidas de seguridad necesaria.

En cambio, sí lo han hecho unos 35 países participantes en la Cumbre de Seguridad Nuclear que se celebra en La Haya. Entre los estados firmantes se encuentran Estados Unidos, Turquía y Ucrania, entre otros, pero destacan las ausencias de China y Rusia.

Estos compromisos han sido impulsados por los tres países que han presidido las cumbres de Seguridad Nuclear celebradas hasta ahora: USA, en 2010, Corea del Sur, en 2012, y Holanda (2014). Los estados miembros del OIEA no están obligados a seguir estas líneas básicas sobre protección de material nuclear, pero una vez que acceden a incorporarlas en su legislación nacional, las recomendaciones se convierten en compromisos de obligado cumplimiento.

La aceptación de estas normas implica someterse a mecanismos de evaluación llevados a cabos por expertos internacionales, que deberán analizar si los estados firmantes tienen procedimientos de seguridad nuclear adecuados. La organización de esta cumbre destaca la eficacia de estos sistemas de supervisión, puesto que al tratarse de evaluadores independientes “queda garantizado que la seguridad se aplica sobre estándares internacionales”. Además, añaden que “los países generalmente aplican estas recomendaciones, porque de otro modo puede darse la impresión de que sus prácticas de seguridad no cumplen con los estándares”.

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