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miércoles, 24 de octubre de 2012

Nacionalistas. Los fabricantes de odio.


El mensaje del Nacionalismo: "Catalonia is not Spain"

De entrada, hay que decir, para los amigos del continente americano, que quizás no conocen muy bien España, que Cataluña es una región muy muy española. Cataluña es justamente el germen de España, junto con otras regiones que se unieron, hace siglos, para fundarla.

En la época democrática actual, desde 1980, los nacionalistas han ocupado el poder en Cataluña, excepto algunos paréntesis de legislaturas socialistas que competían a ser más nacionalistas aún.

Y así han tenido lugar más de 30 años de una educación tendenciosa de fomentar odio a todo lo español,  prohibir el uso del idioma español en las instituciones y sitios oficiales, multar con dinero a quienes rotulan en español, etc...  Por eso la nueva juventud catalana de hoy ha sido programada según el nacionalismo, desde hace más de 30 años.

Si existe algún odio en el ambiente éste no proviene de España, ni en realidad tampoco de la Cataluña natural, sino de unos corpúsculos nacionalistas, que están formados por los mismos sujetos que usan la lengua catalana, no como una riqueza cultural, sino como un arma diferenciadora, agresiva, y excluyente, hacia las demás personas.

A ver si se enteran de una vez los nacionalistas catalanes que hay millones de ciudadanos catalanes que no quieren independizarse ni secesionarse de nadie. Solamente la gente podría querer secesionarse mediante un proceso de lavado de cerebro sociológico, impuesto por la fuerza. Es decir, lobotomizando a los ciudadanos, a través de los medios de comunicación, que están controlados por el Nacionalismo, y a través de las instituciones oficiales, que son nacionalistas, y sus políticas.Y eso es lo que se ha practicado en estos 35 últimos años en Cataluña.

Para secesionarse primero hay que fabricar un supuesto "conflicto" entre dos supuestas partes. Como ese "conflicto" no existía en la vida normal y natural de la gente de Cataluña, pues entonces se fabrica el conflicto, construyéndolo mediante la herramienta del ODIO. Ya no mediante el terrorismo, porque su práctica está muy desprestigiada y pertenece a épocas antiguas. Porque quien practica la violencia, pierde su razón y su imagen.

Y la única manera que tienen para intentar radicalizar a la población es mediante, primero, la imposición del catalán como idioma único, por la fuerza, y segundo, mediante una política educativa que fomenta el odio a lo español.

Como esa política de odio y de exclusión social es contraria a los derechos y libertades de las personas, y a las leyes, pues entonces las instituciones nacionalistas catalanas se dedican a incumplir las sentencias de los todos los tribunales.

Aprovechando los últimos años de Crisis europea y mundial, los nacionalistas catalanistas han explotado intensamente una campaña bochornosa con el mensaje de que España roba a Cataluña, y que por ese motivo Cataluña está en quiebra.

Se han hecho campañas muy agresivas de fabricar odio contra España, como por ejemplo un video protagonizado por un individuo vestido de mapa de España y que no tiene otra cosa que hacer más que ir por las calles dedicándose a robar las carteras de los ciudadanos de Cataluña.

O bien perseguir con multas a los comerciantes que rotulen sus carteles en castellano, que es el idioma español oficial común, mayoritariamente hablado en todo el Estado Español. O bien culpar a España de que los propios gobiernos catalanes hayan llevado a Cataluña a la bancarrota; el último gobierno catalán que desgració los recursos públicos fué el del Tripartito, de nefasto recuerdo.

Los nacionalistas han transformado el derecho que la Constitución dá a las comunidades autónomas a recuperar y potenciar su lengua y cultura propias, en arma de odio y separación contra los demás. Para los nacionalistas, hablar catalán es un ejercicio de anti-españolismo, y ahí está la esquizofrenia absurda. Uno puede hablar catalán, euskera y galego, y sentirse plenamente español.

El Referendum que se plantea como supuesto ejercicio democrático no es tal, porque ya nace viciado y engañoso, y es una estafa, porque viene a renglón seguido después de una fase previa de lavado de cerebro sociológico a la población, de 35 años de duración, impuesto por el nacionalismo separatista catalán.

Para poder hacer un referendum en Cataluña primero habría que aplicar un tratamiento de terapia sociológica para desintoxicar a la sociedad catalana de la inculcación por la fuerza de 35 años de doctrina de odio xenófobo y excluyente.

El idioma español ha sido prohibido y desterrado de toda la vida oficial y académica de Cataluña. Pero dicen los nacionalistas que no pasa nada, que la gente sabe español porque lo habla por la calle.
Sí, bueno, pero cada vez se sabe menos español, y cada día se pierde más. Todavía se habla español en Cataluña, pero de seguir así con esa política de inmensión lingüística, o autosuicidio-lingüístico, en una generación más el español se perderá. Luego entonces ahora tienen una obligación de recuperar y fortalecer su otra lengua oficial. ¿Por qué no lo hacen?...

 Los que dicen que quieren ser "Los Nuevos Socios" de Europa
Y su programa de odio. Es un programa muy fácil de entender. 
Para combatir el clima de terror y de odio que los nacionalistas han sembrado en algunas comunidades de España, y si queremos vivir en paz y en convivencia, habría que tipificar como delitos graves 3 figuras jurídicas:
1.- Promover el odio a España y entre los españoles.
2.- Atacar o Atentar contra la Unidad de España.
3.- Desarrollar iniciativas que persigan la Secesión de territorios en España.
De algún modo, ya vienen recogidas estas figuras en nuestro ordenamiento juridico, pero se trata de especificarlas con mayor claridad y dotarlas de un estatus más claro y especial.
De esta manera, por ejemplo, el adoctrinamiento separatista y de odio a los españoles que se practica en algunos centros de educación, o en algunos medios de comunicación, estaría tipificado claramente como delito contra la convivencia social y contra el Estado.
Para aplicar estos delitos específicos contra el odio y separatismo de España, un Juzgado específico de la Audiencia Nacional, o bien un órgano jurídico específico, tiene que asumir estas competencias, en un caso parecido, a los delitos por terrorismo. 
Porque siempre han existido 2 clases de terrorismo: el de violencia a pié de calle, y el terrorismo ideológico que ejercen algunos grupos sociales y políticos, sembrando un odio social que empuja a individuos a cometer ataques o atentados. Pero el segundo, el ideológico, no es menos grave que el primero, ya que es el ente inductor del delito posterior, o autor intelectual.
En la Constitución se reconocen distintas comunidades, pueblos, o nacionalidades, como queramos llamarlo, siendo España una nación de naciones y a la vez un solo Estado, cuya unidad es indivisible.
A partir de estas premisas, la Ley puede permitir la existencia de partidos nacionalistas, siempre y cuando cumplan con los 3 puntos citados anteriormente: no promover el odio entre españoles, no atacar la unidad de España y no impulsar iniciativas de Secesión. A partir de ahí podrán hacer todo el nacionalismo que quieran, pero tendrá que ser siempre un nacionalismo de convivencia y nunca de odio ni de ataques a la nación con mayúsculas. Pues lo uno no tiene que implicar lo otro necesariamente. Por ejemplo, yo puedo querer mucho a mi familia, pero eso no implica que para ello yo tenga que odiar necesariamente a las demás familias.
Los partidos o asociaciones nacionalistas pueden trabajar para el bien de su comunidad y de su identidad cultural tanto como quieran, que eso siempre está bien, pero lo que no pueden hacer es basar su trabajo única y exclusivamente en un chantaje de promover el odio y el miedo contra el resto de ciudadanos que no pertenezcan a esos grupos o asociaciones.
En cuanto un partido o asociación, medio de comunicación, etc..., lleve en su programa o incite socialmente al odio entre españoles y al separatismo territorial, los órganos legales y jurídicos competentes deberían declarar ilegal dicha entidad, y juzgar a sus reponsables.
¿Se podría entonces practicar el nacionalismo? Sí, siempre y cuando sea un nacionalismo legal, un nacionalismo que desarrolle su riqueza identitaria y cultural entendida en un marco de convivencia y respeto común. 
De esta manera y con estas leyes tan claras y contundentes, el régimen de persecución social, miedo y terror excluyente que han impuesto los separatistas xenófobos en algunas comunidades de España, se volvería contra ellos mismos.
Es cuestión de leyes. Ahora que ya los nacionalismos se han quitado la careta de cinismo y doble lenguaje que utilizaban, y han mostrado su verdadera faz de odio, es hora de empezar a aplicar la ley.
En mi opinión, un país no debe legalizar partidos políticos nacionalistas que pretendan la secesión de territorios. Y si los tiene, que sean integradores, pero no separatistas. Las democracias más antiguas del mundo, como puede ser Estados Unidos, nunca permitirían este tipo de partidos nacionalistas separatistas en su nación.
¿Permitiría una supuesta Cataluña independiente la existencia de partidos nacionalistas que quisieran secesionar algunas regiones de ella?...
No, al contrario, trabajaría para anexionarse Aragón, Valencia, Baleares, el sur de Francia, y todo lo que se les ponga por delante, sin límite.
 

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